¿Y SI ME EQUIVOCO? EL MIEDO A TOMAR DECISIONES
Tomar decisiones importantes puede ser aterrador. (Cambiar de trabajo, dejar una relación …) El miedo a decidir no se trata solo de escoger entre diferentes opciones, sino de lo que cada decisión significa para ti. ¿Qué temes realmente al tomar esa decisión?
¿Por qué algunas decisiones parecen imposibles?
El miedo a decidir no siempre está relacionado con la elección en sí, sino con lo que esa elección supone para tí. ¿Qué perderás si eliges A o B o C? ¿Y si te arrepientes después? ¿Qué piensan los demás sobre tu elección?
El problema es que, cuanto más buscamos la opción perfecta, más nos bloqueamos. Nos quedamos atrapados analizando cada posibilidad, como si pudiéramos evitar la incertidumbre. Pero, al final, no hay garantías.
Lo que realmente nos frena
El miedo a decidir no siempre se trata de la elección en sí, sino de lo que está en juego. A veces, las propias expectativas hacen que cada decisión se sienta como una prueba. Pero, ¿es posible que haya más de una respuesta correcta? ¿Hay necesariamente una respuesta correcta?
La realidad de las decisiones
No hay decisiones perfectas ni caminos sin riesgos. La única manera de saber qué pasa es decidir y aprender en el camino. En lugar de buscar la opción perfecta, podrías preguntarte:
¿Qué es lo que me está frenando a decidir? ¿Qué miedo hay detrás de esa indecisión?
Reflexionar sobre esto, aunque parezca una pérdida de tiempo al principio, es más útil que seguir buscando seguridades que nunca serán completamente claras y sin duda más útil que seguir dándole vueltas a posibilidades que, en el fondo, nunca serán 100 % seguras.
No es un proceso fácil ni algo que puedas hacer solo/a. Hace falta alguien con quien explorar esas preguntas y, lo más importante, saber hacer las preguntas adecuadas.