ADOLESCENTES DIFÍCILES 2 ¿QUÉ HACEMOS?

por | Jul 18, 2019 | Psicoterapia

“Si Usted quiere que su adolescente cambie, cambie la mirada que usted tiene de él” (Juan D. Nasio Psiquiatra, Psicoanalista)

He escuchado a muchos padres y madres a lo largo de mi práctica profesional. Padres al límite de sus fuerzas, coléricos, abatidos y desorientados frente al comportamiento de sus hijos adolescentes. A pesar de que no me canso de señalarles que cada familia y cada adolescente es un mundo y que por tanto hay que comenzar conociéndolo, intuir quien es ese ser humano “en construcción” con todas las turbulencias que ello supone y al que a pesar de haberlo traído al mundo es ahora un gran desconocido/a . Y digo “comenzar conociéndolo” porque los padres vienen buscando instrucciones, pautas y procederes y cuando les digo : “Ojo, no hay consejos ni manuales de instrucción que sirvan para todos”  además la guerra con el adolescente en casa suele ser el resultado de años previos de pequeños desencuentros entre padres e hijos, desencuentros no explicitados ni resueltos que aparecen ahora que el adolescente no se calla.

Unos padres me decían en días pasados “es cierto … desde que era un niño pequeño era peleón, molestaba a sus hermanas, los profesores del parvulario nos decían que pegaba a sus compañeros pero nosotros pensábamos que eran cosas de niños, que era muy energético y que ya le pasaría”

Comprendo su angustia y su urgencia por encontrar algo a qué aferrarse, alguna pista para abordar lo que viven con mucho dolor o como un callejón sin salida.

Lo que viene a continuación no son recetas ni trucos ni  fórmulas, son criterios en buena medida de sentido común que pueden servir para serenarse un poco y para que a partir de un estado de ánimo más tranquilo les sea posible re situarse ante el torbellino que está viviendo con SU adolescente.

Poner en práctica estos criterios no es fácil ni sus efectos son rápidos. Han sido tomados del libro “¿Cómo actuar con un adolescente difícil?” de Juan David Nasio” [1] cuya lectura recomiendo para profundizar acerca de lo que es la adolescencia y qué pueden hacer los padres para “sobrevivir” a ella .

 

  1. ESPERAR : Recuerde siempre que el mejor remedio para un chico o chica que se ha vuelto difícil al llegar a la adolescencia es que el tiempo pase. Es cierto que mientras esto ocurre pueden sucederse circunstancias peligrosas con consecuencias graves a futuro. Esperar no equivale a permanecer pasivo, es tener en mente que el tiempo corre a favor ya que la adolescencia es una etapa de la vida que comienza y termina, y que en la medida en que sepamos acompañarlos transitarán sin consecuencias negativas para su vida adulta.
  2. RELATIVIZAR: Las respuestas de los adolescentes frente a nuestros consejos o regaños o a nuestra simple presencia no es tanto a lo que les decimos sino a la disposición o la actitud que perciben en sus padres. Más allá de la cólera o la decepción comprensibles, es necesario que pueda distinguir, separar a la persona, de sus actos y que reprobar sus actos no es rechazarlo a él o ella  y que – finalmente- a pesar de los comportamientos inadmisibles que muchas veces muestran, estamos al pie del cañón confiando en que “pase lo que pase será mejor de lo que es hoy”.
  3. NEGOCIAR Hay padres que insisten en querer ser “amigos” de sus hijo/as o que se resisten a dejarles su espacio cuando el adolescente que era tan confiado y cercano en su niñez, ahora se muestra lejano y reacio al contacto. Recuerden que vuestro lugar no es el de amigo (en el caso que pudiera serlo… ) pero tampoco el de policía o vigilante (Recuerdo a una chica que decía que ella no tenía padres sino “drones de vigilancia”), reconocer lo que hizo bien o los esfuerzos realizados, animar a emprender nuevas cosas,  tiene que combinarse con el poner límites, prohibir y sancionar. Y si, los adolescentes lo necesitan, necesitan saber que hay límites que sus padres no están dispuestos a aceptar y que hay determinadas conductas que traen consecuencias.  Negociar consiste en moverse con flexibilidad entre un margen y el otro.
  4. NO COMPARAR: Cualquier comparación, sea con un hermano o amigo no ayuda. Peor aún, desalienta y humilla así que, cuente hasta 10 si tiene la tentación de empezar con “Fíjate en Zutano o Mengana”
  5. NO ADELANTARSE: Presagiar fracasos ante diversas exigencias de la vida (elección de carrera, ) que se le presentan a su hijo/a es contraproducente, bien porque ante el anuncio de posibles desastres el chico se paraliza o bien porque no tiene elementos para adelantarse a medir las consecuencias de lo que hace o deja de hacer. Es mucho más efectivo proponerle preguntas para ayudarlo a pensar (pero ojo, preguntas reales, no críticas camufladas de preguntas)  aunque luego parezca que no las escucha, ellas serán un germen, una semilla para ayudarlo a pensar a futuro.
  6. NUESTROS MODELOS : Dejamos para el final lo más difícil y es el animaros a pensar cuáles son los modelos e ideales a los que quisiera que su hijo o hija se parecieran. Los conflictos con los adolescente tienen un fuerte componente de choque entre lo que el chico o la chica son o quieren ser y lo que sus padres sueñan o quieren que sea. También sucede que buscamos que ellos realicen lo que nosotros no pudimos realizar. “Además de mis propios rollos tengo que aguantar los suyos.” Decía una adolescente muy lúcida.

Esto no implica quedarse pasivo frente a caminos destructivos o elecciones -a nuestro juicio equivocadas- que muchos adolescentes emprenden, nuestra propuesta es primero intentar ser consciente de lo que yo como padre o madre aspiro como ideal para mi hijo/hija  y luego acercarnos ayudándolos a expresar a poner en palabras aquello que quieren. Recordemos que muchas veces por no decir siempre, los adolescentes  no pueden expresar qué les pasa y hacia dónde quieren ir.

Ninguno de los criterios esbozados puede desarrollarse  de un día para el otro. Es fundamental realizar un trabajo con uno mismo como padre o madre, un trabajo que paulatinamente le permita situarse de otra manera frente a sus hijos, será la mejor forma de apoyarlos para que encuentren su propio camino porque finalmente, de eso se trata, de que encuentren su propio camino.

[1] Nasio, Juan D. “¿Cómo actuar con un adolescente difícil?” Editorial Paidós, Bs Aires, 2011

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