Mauro y Cecilia llevan seis años casados y tienen una hija pequeña. Él viaja mucho por trabajo; ella es profesora infantil. Desde fuera, todo parece funcionar: buena economía, amigos, estabilidad. Pero sus comienzos no fueron fáciles.
La historia empezó con una infidelidad. Mauro tenía fama de seductor y ya había roto un matrimonio anterior por varias aventuras. Cecilia lo sabía. Sus amigas le advirtieron que no se fiara, pero él insistió… y ella cedió.
Con el tiempo, ciertos detalles comenzaron a hacer ruido: ausencias en el gimnasio, llamadas misteriosas, excusas vagas. Nada demasiado evidente, pero sí suficiente para incomodar.
Aun así, Cecilia no quería ver. No porque no pudiera, sino porque necesitaba sostener cierta idea: que esta vez era distinto. Como si no ver y no preguntar fuera una forma de proteger lo que tenían. Aunque sin darse cuenta algo dentro de ella empezaba a resquebrajarse. (Continuará)