La llegada de los hijos pone en jaque a la pareja. Muchas no sobreviven.
Hoy en día los hijos llegan mucho más tarde de lo que habitualmente llegaban en la época de nuestros padres.. En aquel momento las personas se casaban entre otras cosas, para tener hijos. Ahora en el siglo XXI no es tan claro, muchas parejas se juntan sin plantearse si tener o no tener hijos ni siquiera está dicho que se casen, tampoco que los hijos lleguen con parejas ya consolidadas. Este pasaje del siglo XXI con parejas y familias tan diversas: hay parejas tradicionales padre, madre e hijos , parejas sin hijos, hay madres con hijos o padres con hijos, hijos del padre y/o de la madre conviviendo etc. La pareja y sus modos de relación dejaron de ser algo ya sabido, casi siempre igual y se volvió algo mucho más complejo.
Tiempo atrás – y no mucho- el malestar centrado en la vida familiar se asumía como algo inevitable. Te casabas para siempre y había que “apechugar” con lo que te tocaba. Hoy no es así.
¿De que sufren las familias hoy en día? ¿Qué hace sufrir a alguno de sus integrantes? ¿Sufren por lo que pasa con alguno de sus miembros? ¿o sufren porque no logran hacer un vínculo que sientan estable o lo perciben como muy frágil? Es frecuente escuchar en la consulta el comentario de “cuando estamos juntos no nos hacemos caso.”
Antes de continuar distingamos dos roles o dos lugares de la pareja que nos van a permitir entender cómo o por qué se dan los conflictos en torno a la convivencia.
Está por un lado la pareja conyugal que es la pareja erótica, la pareja sexual, el origen de la vida familiar y está por otro lado la pareja parental que es la que tiene que cumplir las funciones de crianza. En la relación entre ambas es que aparecen algunos de los problemas que queremos revisar.
Con la llegada de los hijos, la relación entre ambos, el vínculo de la pareja conyugal se modifica notablemente, deja de ser lo que era, se experimenta una nueva forma de vínculo que quizá sea absolutamente nueva para ambos: los roles de padre y madre.
Hay síntomas específicos del modo cómo un hijo impacta en una pareja: los celos son uno de los más comunes. La mujer que hasta ese momento estaba disponible para su pareja de pronto deja de estarlo. Esto se escucha en las consultas de muchas maneras «Me rechaza en la cama” “Ya no quiere saber nada conmigo” “Solo le interesa el hijo”. La mujer exigida por la crianza se des erotiza. El lugar materno y el lugar erótico en nuestra cultura se viven como incompatibles.
Por otro lado, es relativamente frecuente que aquellas parejas que están inmersas en conflictos que no pueden resolver digan «Tengamos un hijo » suponiendo que eso va lograr sostenerlos y que por lo general lo que ocurre es que su vínculo se quiebra más rápidamente . Las parejas conyugales que buscan solucionar sus problemas teniendo hijos suelen sepultar más rápidamente su lazo erótico y su lazo amoroso.
Curiosamente, los hijos llegan para separarlos o unirlos como padres pero a separarlos desde el punto de vista erótico. Hay una transformación compleja porque en definitiva la llegada de un hijo representa la inclusión de un tercero en un vínculo que había sido de dos.
Cuando además, – como es usual hoy en día – se tienen pocos hijos -generalmente uno o dos- , se produce el hecho de que la parentalidad tenga condiciones diferentes a las de antaño. Una de ellas es el temor a que le pase algo malo al hijo(a). Si bien este temor ha existido siempre, ahora se prolonga por más tiempo. El reflejo de ese temor es una mayor disposición estar en “modo padre/madre” y así, el espacio de la pareja conyugal se va reduciendo o está muy invadido por las exigencias de la parentalidad. El lugar de encuentro de la pareja que es la cama se convierte en un espacio abierto que se comparte con los hijos o que se “abandona” para cuidarlos (si están enfermos o no quieren dormir solos)
Uno puede reconocer a una pareja por el modo cómo organiza su espacio físico. Si algo caracteriza a una pareja es la necesidad o la búsqueda de intimidad, es decir la necesidad de tener un espacio suyo, un espacio propio. La llegada del hijo es un impacto en esa intimidad, la reorganiza, porque en última instancia ese hijo mantiene una intimidad con la madre -al menos en el primer momento- y esto produce una alteración de la intimidad conyugal y a muchos les supone un gran esfuerzo recuperar algo de esa intimidad porque se siente que se está dejando fuera al hijo.
Para algunas parejas el hijo tiene que estar siempre asociado a ellos. Lo propio, lo de “nosotros dos” se va diluyendo. Poco a poco y casi sin darse cuenta, la pareja parental empieza a reemplazar a la pareja conyugal, progresivamente empiezan a tener menos tiempo para estar solos entre ellos. Cuando no están con el hijo empiezan a hacer otras cosas por separado o se turnan para estar individualmente con el hijo y asegurar una disponibilidad completa. El efecto de esta situación es que el funcionamiento de la pareja termina convertido en dos vínculos padre-hijo y madre-hijo.
La pareja parental progresivamente va recubriendo o reemplazando a la pareja conyugal, la identificación con los roles parentales termina siendo mucho más potente que la identificación con los roles sexuales.
En las parejas del siglo XXI por esta preponderancia de la pareja parental a costa de la conyugal, puede surgir un tipo de separación en lo conyugal y sin embargo la familia continuar vigente. Se separan los esposos pero conservan una vida familiar. Cada uno busca recuperar con otra persona lo que no logró con la pareja anterior. Esto es algo nuevo de nuestra época, un formato familiar cada vez más común, parejas que se llevan bien, comparten fiestas familiares, se visitan, pero viven separados. Los padres permanecen pero la pareja conyugal les separa. En este régimen pasa a veces que uno de los dos al volverse emparejar teme decírselo al otro para no romper ese vínculo como padres. Esta forma de vincularse es nueva, antes de la década de los 80 era raro que ocurriera esto. Los problemas que traían a las personas a la terapia de pareja eran las infidelidades, las adicciones, los pleitos constantes etcétera hoy en día las coordenadas son otras, hay nuevos capítulos.
[1] Luciano Lutereau Entrevista Fundación OSDE https://www.fundacionosde.com.ar
Ilsustración Brian Rea The New Y0rk Times